El reciente informe de BBVA Research pone de manifiesto que la rentabilidad del sector de la construcción en España sigue siendo muy baja en comparación con otros países europeos, lo que limita la capacidad de las empresas para responder al aumento de la demanda de vivienda. Uno de los factores clave es la prolongada duración de los proyectos inmobiliarios debido a trámites burocráticos y regulaciones complejas, que encarecen y ralentizan la entrega de nuevas viviendas. Esta baja eficiencia y productividad en el sector frena la inversión y mantiene la oferta por debajo de lo necesario para satisfacer el creciente interés de compradores y arrendatarios.
Aunque se espera que la construcción aumente su aportación al crecimiento económico durante los próximos años, el desequilibrio entre oferta y demanda seguirá provocando un aumento continuo en los precios de la vivienda, con subidas previstas del 7 % para este año y un 5 % para el siguiente. Este panorama hace que, actualmente, comprar una vivienda sea una opción más rentable y conveniente que esperar a nuevas promociones o construir, dado que la oferta nueva tarda en llegar y suele ser más costosa.
Además, la limitada disponibilidad de alquileres asequibles refuerza la preferencia por la compra, especialmente para quienes buscan estabilidad a largo plazo o protegerse de futuras subidas de precios. Por ello, quienes estén en condiciones de hacerlo deberían considerar adquirir una propiedad ahora, antes de que la presión sobre los precios se intensifique aún más.
Por otro lado, la economía española mantiene un crecimiento sólido, impulsado por el turismo y las exportaciones de servicios, aunque enfrenta riesgos externos como la incertidumbre comercial y los aranceles internacionales que podrían afectar su dinamismo. En este contexto, el acceso a la vivienda se convierte en un factor crítico para la estabilidad social y económica, y la mejora en la regulación y agilización de procesos será fundamental para facilitar un mercado más equilibrado.
En definitiva, dadas las actuales condiciones del mercado y las dificultades para ampliar la oferta, comprar una vivienda puede ser la decisión más inteligente para quienes desean asegurar su futuro habitacional y financiero, aprovechando las condiciones actuales antes de que los precios continúen su escalada.