El mercado de la vivienda atraviesa una crisis marcada por el desajuste entre oferta y demanda, el constante aumento de precios y la falta de inversión. A esto se suman la financiación insuficiente, los elevados costes de construcción y una regulación desigual entre comunidades autónomas, factores que dificultan una solución efectiva.
Para analizar esta problemática, CincoDías, en colaboración con PwC, organizó un encuentro con expertos del sector inmobiliario. Beatriz Toribio, secretaria general de la Asociación de Promotores Constructores de España, destacó que el déficit de vivienda en España alcanza las 600.000 unidades y que la producción actual es insuficiente para satisfacer la creciente demanda. Según sus datos, en 2024 se construyeron menos de 100.000 viviendas, mientras que se crearon 245.000 nuevos hogares, lo que obligaría a triplicar el ritmo de construcción.
Miren Telleria, responsable del sector inmobiliario en PwC, subrayó que la inversión en vivienda está directamente ligada a la rentabilidad. Sin incentivos adecuados y sin modelos de negocio sostenibles a largo plazo, es difícil atraer capital. Además, advirtió sobre el deterioro del parque de vivienda en manos de particulares, ya que muchas familias no tienen capacidad para mantener sus propiedades en buen estado. En su opinión, es fundamental atraer inversión institucional mediante estructuras similares a las de otros países europeos para que España siga siendo un destino atractivo para el capital extranjero.
Alejandra Mora, socia directora de Alas Social Impact Capital, enfatizó la necesidad de definir qué tipo de vivienda se necesita, cuánto dinero se debe invertir y en qué plazos. Consideró que un marco normativo más unificado, que incluya aspectos como la producción, fiscalidad y financiación, permitiría gestionar mejor el mercado.
Por su parte, Laura Fernández, directora general de Asval, señaló que sin inversión extranjera será difícil cubrir el déficit de vivienda. También destacó que demonizar a los propietarios y penalizar las estructuras de inversión, como las socimis, genera incertidumbre y frena la entrada de capital. En la misma línea, Roberto Campos, director general de Avintia Inmobiliaria, recordó que sin rentabilidad no habrá inversión privada en vivienda asequible y que este tipo de proyectos requieren apoyo estatal y europeo.
Otro punto clave del debate fue la falta de mecanismos de financiación a gran escala. Fernández explicó que los fondos europeos exigen proyectos de gran tamaño, lo que dificulta su acceso si no se estructuran correctamente. Además, Mora advirtió que el presupuesto público destinado a vivienda es solo del 0,15% del PIB, lo que refleja la falta de planificación a largo plazo. También criticó la falta de trazabilidad en los fondos públicos, lo que impide garantizar que las viviendas asequibles permanezcan en manos de inversores comprometidos con su mantenimiento.
Finalmente, Beatriz Toribio abogó por una mayor homogeneidad en la regulación entre comunidades autónomas para facilitar la inversión y la planificación. También destacó la importancia de reestructurar la fiscalidad y la financiación del suelo para impulsar la construcción de viviendas asequibles.
En conclusión, el encuentro evidenció la necesidad de un cambio en el modelo de desarrollo inmobiliario, que garantice inversión, estabilidad normativa y una oferta de vivienda ajustada a la demanda real y a las tendencias futuras del mercado.